El término perla cultivada es la descripción de un tipo especial de piedra preciosa. Aunque en principio las perlas no pertenecen a las piedras ni a los minerales, se conocen como piedras preciosas en la fabricación de joyas de alta calidad. Las perlas se obtienen de diferentes maneras, siendo la perla cultivada una posibilidad. Las perlas auténticas naturales crecen sin la intervención del hombre, por lo que son raras y representan la variante de perla más cara. Las perlas cultivadas son todas aquellas que se producen por la mano del hombre y sólo gracias a él pueden producirse en el número y la calidad deseados, las perlas que pueden utilizarse para el refinamiento de joyas. Las perlas cultivadas se pueden cultivar en agua salada, pero también en agua dulce, para lo cual existen diferentes métodos. En el caso de las perlas cultivadas en agua salada, se suele añadir un núcleo al molusco perlífero, alrededor del cual crece el nácar. En el caso de las perlas de agua dulce, se implantan en los mejillones pequeños trozos de tejido de otros mejillones, hasta 50 veces por mejillón, de modo que se pueden cosechar muchísimas perlas. Pasan entre dos y seis años antes de que las perlas tengan el tamaño adecuado.
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