Especialmente para los buceadores profesionales, tiene sentido utilizar un reloj de buceo. Esto se debe a que puede utilizarse, por ejemplo, para medir los tiempos de descompresión, que son vitales para su supervivencia. Los relojes deben cumplir una serie de requisitos: Necesitan una resistencia al agua de al menos 20 bares y deben ser fácilmente legibles en la oscuridad bajo el agua a una distancia de 25 cm. Además, es necesario que se puedan medir los lapsos de tiempo con ayuda del bisel o de un cronómetro. El bisel suele ser giratorio para poder marcar con él el inicio del periodo que se desea medir. Esto tiene la ventaja de que no es necesario utilizar pulsadores para la función de parada, que tienen un mayor riesgo de dejar pasar el agua. Para que los relojes puedan utilizarse para bucear, se prueban previamente. Aquí se examinan la resistencia a los golpes, el comportamiento de la marcha, la legibilidad y la densidad con exceso de presión atmosférica. Si se cumplen todos los requisitos, el reloj puede denominarse reloj de buceo. La densidad del agua, por ejemplo, se comprueba con un comprobador de estanqueidad que simula una determinada presión del agua. Sin embargo, si la densidad del agua es de 20 bares, por ejemplo, el reloj se somete a una presión un 25 % superior durante la prueba. Esto garantiza que el reloj no sólo tenga suficiente resistencia al agua, sino también protección a largo plazo contra la humedad penetrante.
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