Un grabado convierte una joya en algo muy especial. Se trata de una forma de decoración muy popular. A diferencia de hoy, los primeros grabados se tallaban en conchas hace miles de años con la ayuda de dientes de pez. Con el paso de los años, el buril, especialmente desarrollado, sustituyó a los dientes de tiburón como herramienta. Lo que entonces empezó como una auténtica artesanía, ahora se hace principalmente con máquinas de grabado. Se distingue entre el grabado por láser y el grabado con diamante. Este último es un grabado en relieve incoloro que se talla en la joya con un diamante. En cambio, con el grabado por láser se eliminan las capas materiales de los materiales utilizados, como plata, oro, acero inoxidable, piedra o cristal. El polvo resultante se quema directamente en la joya, lo que da al grabado su color (que depende del material). Se puede grabar una amplia gama de joyas, como anillos, pulseras y brazaletes o incluso collares y colgantes individuales. Los motivos del grabado son muy variados. El grabado de alianzas, por ejemplo, es una práctica habitual en las bodas. En los anillos se suele grabar el nombre del cónyuge o la fecha de la boda. Pero también son muy populares las pulseras con placas grabadas (las llamadas «pulseras identificativas»). También son cada vez más populares los colgantes personalizados con las iniciales de los familiares más cercanos. El tamaño y la posición del grabado dependen del tamaño de la superficie grabable y del tipo de letra o símbolo deseado. Todos los grabados se realizan in situ utilizando la tecnología más avanzada para garantizar resultados precisos. En consecuencia, también podemos satisfacer pedidos de grabado exigentes y enviarlos rápidamente.
Grabados
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¹Envío gratuito a partir de un valor de pedido de 100 euros, válido sólo para entregas dentro de España.