La palabra collar, que procede del francés, se traduce simplemente como collar o joya para el cuello. Sin embargo, hay algunas diferencias entre los dos tipos de collar que conviene señalar. Mientras que el collar suele estar formado por varios eslabones entrelazados, la gargantilla está hecha de una sola pieza. Esta pieza de joyería también suele llevarse ceñida al cuello y es un poco más extravagante que el collar normal. Pero los collares más largos y sencillos también son cada vez más populares y se encuentran a menudo, sobre todo en forma de Y. Los collares se presentan en una gran variedad de diseños y materiales, como oro, plata y acero inoxidable. Dependiendo de la época, su diseño era sencillo y sobrio o más llamativo, con piedras preciosas y perlas. Después se perforaban y enhebraban para crear una cadena coherente. En la mayoría de los casos, los collares se sujetan con mosquetones. Cuando se llevan, se centran sobre todo en el cuello y el escote, por lo que son ideales para ocasiones festivas y vestidos. Un collar crea un centro de atención que no pasará de moda.
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