El nombre jade se utiliza para referirse a una piedra preciosa concreta que suele utilizarse en color verde como toque final de collares, anillos, broches o colgantes. El jade no es un nombre reconocido para los minerales, sino que se utiliza como sinónimo para referirse a un mineral del grupo de la augita, la jadeíta. El término jade es especialmente popular en joyería, ya que se utiliza para describir todas las piedras preciosas que están formadas principalmente por jadeíta. Los cristales mixtos de tremolita, actinolita y, sobre todo, nefrita también se engloban bajo este término. En China, el jade se utilizaba como piedra de joyería y culto hace más de 8.000 años y, además de su atractivo visual, también se le atribuía energía mágica. Como piedra preciosa, el jade también llegó a Europa en el siglo XIX y experimentó un verdadero auge entre 1960 y 1970; la generación flower power estilizó el jade como piedra esotérica con poderes mágicos. Pero ya antes de los hippies se atribuían propiedades especiales a esta gema verde, a veces también blanca. Se utilizaba para simbolizar la vida y la muerte, formaba parte de ritos mágicos y era un factor importante en la curación del cuerpo y el alma. Se puede afirmar que las joyas de jade tienen una cualidad mística inherente, pero también pueden ser simplemente joyas profanas y extremadamente atractivas.