El wolframio es un elemento químico que figura en la tabla periódica de los elementos con el número atómico 74 y el símbolo W. Forma parte de los metales de transición, como la plata y el titanio. Se incluye dentro de los metales de transición, al igual que, por ejemplo, la plata y el titanio. El wolframio posee diversas propiedades que lo hacen apto para la fabricación de joyas atractivas y de alta calidad, además de otros muchos usos. El tungsteno es de color blanco brillante y tiene una consistencia quebradiza cuando está en estado puro. Lo que ha hecho famoso al wolframio es que tiene el punto de fusión más alto de todos los metales, razón por la cual este metal pesado se utiliza en bombillas. Además de su uso principal en la industria de las bombillas, el tungsteno también se utiliza en el blindaje contra las radiaciones. Debido a su alta densidad, que casi se aproxima a la del oro, el tungsteno también es un material popular para crear pesos adicionales, por ejemplo, en las carreras. En el sector de la joyería, el wolframio se utiliza principalmente en anillos, ya que su color grisáceo lo convierte en un material de base interesante. En combinación con el carbono, se produce carburo de wolframio, una fase cristalina intermedia que, junto con el diamante, es uno de los materiales más duros conocidos y también se utiliza en la producción de joyas robustas y de alta calidad.
Características de las joyas de wolframio
Las joyas de wolframio no se empañan, no se oxidan y tienen una vida útil muy larga. Sin embargo, puede ocurrir que si el anillo se cae, por ejemplo, se rompa. En ello pueden influir varios factores, como el hecho de que el anillo esté sometido a una gran tensión debido a la dureza del material. Así pues, no todas las caídas provocarán la rotura del anillo, pero puede ocurrir.
Debido a la dureza del material, los anillos de wolframio solo pueden grabarse con láser y, lamentablemente, no es posible cambiar el engaste de las piedras (si es que hay).
Cuidado adecuado
En general, las joyas de wolframio pueden cuidarse simplemente con agua, jabón y un paño suave. En caso de suciedad más intensa, las joyas también pueden sumergirse en una solución de agua jabonosa durante unos minutos. No utilice productos de limpieza agresivos. Productos químicos como el amoníaco, el cloro o la lejía pueden dañar las joyas de forma permanente.
¿Se producen arañazos o marcas de desgaste con el paso del tiempo?
Las joyas son objetos de la vida cotidiana y, por tanto, están expuestas a influencias físicas y climáticas. Estas influencias pueden transferirse a la pieza de joyería y dejar huellas.
Las superficies mates pueden adquirir marcas brillantes y las superficies brillantes pueden volverse mates a su vez.
Dependiendo del material, también es posible que se produzcan arañazos más profundos (especialmente con materiales más blandos como la plata, el oro o similares). Estas marcas de desgaste dependen de las actividades del usuario o de los objetos con los que se encuentra la joya, el paso del tiempo no juega ningún papel en este caso.
Las huellas del uso son las que hacen que una joya sea única y, por tanto, personal. No existe ningún material en el mundo con el que se fabriquen joyas que no muestren signos de desgaste.